jueves, 13 de noviembre de 2014

Carlos se queda fuera, de momento...


Ayer tuvimos un nuevo programa de Top Chef, cada vez quedan menos concursantes y la tensión en muchos de ellos es palpable. Debo de reconocer los esfuerzos del programa por seguir innovando a la hora de configurar las pruebas y las localizaciones de las mismas, si no fuera por esa riqueza visual el programa a mi gusto perdería muchos enteros.

El primer tramo del programa fue un baño de lágrimas en sentido literal, puesto que los concursantes pudieron volver a su niñez y a su casa mediante la visualización de un vídeo de sus respectivas madres o abuelas preparando aquel plato que cuando eran pequeños les volvían locos. La prueba de la Inmunidad estaba en marcha, cada uno tenía que reproducir su plato familiar adaptado en la medida de lo posible a una cocina algo más moderna. Todos hicieron un buen trabajo, me extrañó la postura de Carlos al no querer modificar la receta de pisto de su abuela como un homenaje para la misma. Por su parte Víctor hizo una sopa de cocido, Peña un arroz con lechazo, David unas lentejas (que tenían una pinta bárbara) y a Marc le toco versionar un PAN CON TOMATE por increíble que parezca su plato fue el vencedor puesto que saco tres texturas del aceite de oliva y la presentación de su plato fue muy buena. El jurado decidió dar el brazalete a Marc en sentido figurado es decir había ganado pero no se lo quisieron decir para que el programa no perdiese intensidad en la siguiente prueba.


Una vez resuelto este tema el equipo se trasladó al Palacio de Santillana en Madrid desde donde tuvieron que cocinar por parejas ¿pero, qué parejas? muy sencillo, por seguir con el tono familiar que tenía el programa sus pinches de cocina fueron sus respectivas madres. En esta prueba Carlos quedo claramente en desventaja puesto que su madre no es una habitual de las cocinas como podían ser el caso de la madre de Víctor o de David. Durante los primeros quince minutos de la prueba eran las madres las que cocinaban o más bien bien preparaban el terreno para la llegada de sus hijos. La cocina fue un hervidero, hijos nerviosos, madres dando vueltas con fuentes y cuchillos en la mano, me recordó a la típica cena de Noche Buena en sus momentos previos.

El jurado de la prueba estaba compuesto por familiares de los concursantes, lógicamente la cata fue a ciegas y mandaron a David, Carlos y Peña a la prueba de eliminación.
Uno de los tres tendrían que abandonar el programa y a estas alturas todos se habían hecho ilusiones de pasar alguna ronda más e incluso llegar a la final. La prueba la presentó el chef Pedro Mario del restaurante El Ermitaño, quien versionó una típica sopa castellana. Seguidamente los concursantes tendrían que versionar un plato típico de sus respectivas Comunidades Autónomas. Peña optó por hacer unas albóndigas de cochinillo (Segoviano) bastante curiosas, por su parte David cocinó un conejo a la Catalana con caracoles y Carlos se lanzó a cocinar una paella valenciana Made in Carlos.

El fallo de Carlos fue apuntar tan alto, su cocina de vanguardia suele convencer al jurado pero en esta ocasión se paso de frenada. Tuvo que reducir sus aspiraciones a mitad de cocción por falta de tiempo y su plato se resintió. Para colmo fue demasiado generoso con el azafrán y esto se llevo el resto de sabores por delante. Carlos fue expulsado y se mostró incluso más autosuficiente que de costumbre al no querer escuchar las rectificaciones del jurado ni los comentarios de sus compañeros.

Cuando parecía que sólo quedaban cuatro concursantes el programa nos mostró el adelanto del próximo programa en el que los participantes expulsados hasta la fecha lucharán por volver al programa. ¡La batalla promete!


Todo lo que pase en el programa os lo contaremos desde este blog y desde nuestra cuenta de Twitter.

Es un placer, gracias y que paséis un gran día.



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